Presentación del libro "Palabras, ideas, cosas", de Juan Alfredo Casaubon
El 26 de noviembre se realizó en la Facultad de Derecho de la UCA la presentación de una nueva edición, a 35 años de la primera y 100 años del nacimiento del Profesor Casaubon, de la obra Palabras, ideas, cosas. El problema de los universales.
El acto contó con la presencia del decano de la Facultad Prof. Pablo Garat. El director de nuestro Instituto, Prof. Dr. Félix Adolfo Lamas, pronunció unas palabras con motivo de este acto académico.
Dijo el Prof. Dr. Félix Adolfo Lamas:
Esta reunión de homenaje a Juan Alfredo Casaubón mediante la presentación de una segunda edición de este libro Palabras, ideas, cosas es un acontecimiento académico que podríamos calificar de justo, conveniente y adecuado y oportuno.
Juan Alfredo Casaubón ha sido, seguramente, uno de los más grandes filósofos argentinos. De eso no creo que haya dudas. Es más que un lógico o un filósofo del Derecho, es un filósofo, fue un filósofo, sigue siendo un filósofo a secas. Un gran filósofo. De los más grandes. No me atrevo a decir el más grande para no entrar en conflicto con alguien. Pero, además era un gran hombre, pero además, y es lo más importante, un buen hombre.
Por todo eso yo creo que esta reunión, que este acontecimiento sea calificado como justo. Hay una estricta justicia en que esta comunidad académica le rinda homenaje a un gran filósofo, a un gran hombre y sobre todo a un buen hombre. Pero, hay algo más que la justicia y nos tenemos que concentrar en la obra misma. Esta obra no es un manual de lógica. Ni siquiera es una obra de lógica formal. Es mucho más. Ustedes podrán decir lo que se llamaba, yo llamo todavía, lógica material, es decir, la lógica que tiene que ver con la verdad. Por otra parte, el título mismo me está indicando que habla, que su tema es la verdad. Palabras, ideas, cosas son los componentes de esta relación que llamamos verdad.
Pero, como todos saben, por lo menos los que han estudiado Filosofía, la lógica material toca la Epistemología y la Metafísica, de todas maneras que este libro, y por el tema central de este libro es un libro de contenido metafísico, de implicancia en todas las ramas de la Filosofía. Esto en primer lugar. Pero, además nosotros nos podríamos preguntar: si esto es así, si este señor era el gran filósofo, si este libro es un libro de Filosofía, por qué el homenaje lo hace la Facultad de Derecho y no la Facultad de Filosofía. Por qué no lo hace la Facultad de Filosofía no lo sé. Pero sí sé por qué lo hace la Facultad de Derecho. Y por esto quiero hacer alguna reflexión.
Por qué lo hace la Facultad de Derecho. Porque fue Profesor de Filosofía de Derecho, sí; pero, por otra razón más profunda. Este libro que parece un libro simplemente de lógica material opera como fundamento metafísico y lógico de la Ley Natural y este es un asunto sobre el que vale la pena reflexionar hoy porque no está suficientemente atendido.
El nominalismo y en general toda negación de la realidad de esencias específicas significa la negación de la naturaleza, en este caso nuestro de nuestra naturaleza humana, como fundamento de lo justo y de lo injusto. Significa la negación de que haya una finalidad, la entelequia, que es el principio del discernimiento de lo justo y de lo injusto. No estoy diciendo que es más difícil la Ley Natural sin esencias específicas, no. Estoy diciendo, no es posible teóricamente hablar con fundamento de la Ley Natural si yo niego la realidad de las esencias específicas. Si niego la realidad de la naturaleza. Y, en especial, si niego la realidad de la naturaleza humana.
De ahí la importancia que tiene este libro para nosotros. Este libro viene a significar uno de los fundamentos y de las columnas sobre las que se basa una Teoría de la Ley Natural y esto vale para el Derecho, pero vale también para la Moral y vale también para la Política.
Yo quiero agregar aquí, esto justifica que yo diga adecuado, que es conveniente este homenaje. Pero, además digo es oportuno porque desgraciadamente ha acontecido que han surgido los neotomismos, los neoaristotelismos; y, una característica de algunos de estos neotomismos y neoaristotelismos consiste en tratar de conciliar las posiciones nominalistas de la Escuela Analítica con los enunciados del tomismo, es decir, tomistas analíticos o aristotélicos analíticos, o al revés, analíticos aristotélicos. Pero, atención, si quieren ser analíticos pero dejan el nominalismo, entonces, que ellos expliquen que significa ser analíticos no siendo nominalistas y bienvenidos, pero no.
Entonces desde un posición nominalista pretenden enunciar posiciones iusnaturalistas respecto de la Ley Natural y entonces ya no es la naturaleza humana, que está desconocida, no es la naturaleza humana el fundamento ontológico de la Ley Natural, ya no es la entelequia que es la finalidad perfectiva de esa naturaleza, el fin y el criterio de la Ley Natural, no. La Ley Natural surge de un razonable parecer, de una dicción acerca de lo que se piensa que es bueno, un decir (la Escuela Analítica) pero no un fundamento metafísico. No porque se lo quiera obviar metodológicamente, no. Es porque no existe ese fundamento metafísico en la mentalidad teórica de estos neotomistas. Y para que no se piense que yo estoy hablando de fantasmas les voy a dar un nombre: Finnis. Y lo cito a Finnis porque pese a que tantas veces he advertido a las autoridades de esta Facultad que Finnis es no un aliado, un amigo, Finnis es uno de los hombres que constituyen los disolventes de la teoría tradicional de la Ley Natural porque sin naturaleza humana, desde una posición nominalista, lo único que se consigue es la disolución. Y por eso digo que es oportuno que hoy hagamos este homenaje.
Esto (señalando el libro) es la gran vacuna metafísica. Y con esto me he explayado con la vehemencia que a veces suelo tener, pero por la urgencia, que yo creo que existe, de que advirtamos dónde está la línea de la tradición tomista y dónde los principios de disolución.
Disculpen la vehemencia y muchas gracias.